OLLAS (no están en orden de importancia, todas son
útiles por distintos motivos y para usos diversos a la hora de cocinar).
Acero inoxidable de doble o triple fondo:
El acero inoxidable
es una opcion relativamente mas saludable a la hora de cocinar. A diferencia
del hierro, no se oxida, es ligero y resulta fácil de limpiar. Se usa
especialmente en pastelería porque es un material que no absorbe ni transmite
olores y resiste altas temperaturas. Sin embargo, en la composición del acero
inoxidable encontramos metales pesados como el níquel y el cromo que pueden
pasar a nuestro organismo cuando se desprende del utensilio de cocina. Esto
ocurre sobre todo cuando se deteriora o se raya con otro utensilio metálico. El
conocido acero 18/10 de las baterías de cocina, o cuberterías, significa que en
su composición contiene 18 partes de cromo y 10 de níquel.
El acero
inoxidable de mayor calidad es el quirúrgico. Este acero es escogido para este
fin por su característica de no provocar reacciones alérgicas en la mayoría de
las personas.
El acero quirúrgico
es una variación del acero que comúnmente se
compone de una aleación de cromo (12–20%), molibdeno (0,2–3%) y, en ocasiones, níquel (8–12%). El cromo le da a este metal su resistencia al
desgaste y corrosión. El níquel le da un acabado suave y pulido. El molibdeno
le da mayor dureza y ayuda a mantener la agudeza del filo.
De barro:
La olla de barro
remite a cocciones muy antiguas y sabrosas. Se usan desde época precolombina para todo
tipo de comidas, especialmente para cocciones lentas o elaboración de
chocolates con leche espesos, moles o salsas ultra condimentadas. Conserva muy
bien la temperatura después de la cocción y le aporta un sabor muy particular a
las preparaciones sin transmitir ningún toxico a los alimentos. También están
las asaderas de horno de barro que son geniales para preparaciones crocantes y
sabrosas. Son elaboradas de arcilla y cocidas casi a mil grados centígrados. Es
conveniente comprarlas ya esmaltadas y no rústicas porque eso asegura un
segundo horneado del barro y por lo tanto la olla será mas resistente a los
cambio de temperatura normales de las cocciones aunque las tradicionales y de
resultados mas sabrosos son las rusticas. Las ollas de barro no esmaltadas también deben
ser curadas con aceite o grasa y dos horas de horno antes de su primer uso. Pero
es importante tener en cuenta y confirmar que el esmalte utilizado por el
artesano no contenga plomo porque se transfiere en pequenias cantidades a los
alimentos. Consumir a menudo alimentos con plomo puede ir desde una
intoxicación aguda leve (con síntomas como náuseas, dolor de cabeza y
abdominal) hasta una disminución de la capacidad intelectual. Los ninios son
especialmente sensibles y vulnerables a esta sustancia. Otra recomendación, si
la olla va a ir a horno es mejor ponerla desde el encendido mismo para que vaya
levantando temperatura junto con el horno. Pueden ser más o menos profundas,
con o sin asas o con o son tapa y algunas vienen con un anillo alrededor para
evitar que dilaten con el calor y se rompan.
Animate a probarla!
No te vas a arrepentir.
De hierro fundido:
Son muy pesadas y de
baja transmisión de calor por eso son fantásticas para cocciones parejas,
lentas y largas. No hay nada mejor que un estofado hecho en olla de hierro
fundido. Las hay enlozadas y de hierro puro. De las primeras hay dos marcas top
en el mercado internacional, Lafont y Le Creuset. Las de hierro colado sin
enlozar hay que curarlas con aceite o grasa sobre el fuego por bastante tiempo
hasta que larguen humo y se quemen…Luego se pueden lavar, secar y listo. Por
último, cabe aclarar que no hay estudios que demuestren toxicidad hacia el ser
humano en su uso.
De aluminio:
No soy muy amante
del aluminio porque hay que tenerle varios cuidados, especialmente de no rayarla,
no hacer cocciones largas ni dejar la comida en la misma olla. Es un muy buen
transmisor de calor por eso fue históricamente utilizado en las cocinas
industrials y hogareñas. Actualmente están prohibidas en algunos países del
mundo para la industria gastronómica, veamos por qué.
En el último siglo
se han hecho innumerables estudios sobre su alta toxicidad y asociación a
enfermedades graves. Las ollas de aluminio tienen el problema de la liberación
de sales de aluminio hacia los alimentos que se cocinan, sobre todo si los
alimentos son ácidos. Por ejemplo, prueben a dejar una salsa de tomate en una
olla de aluminio y verán al cabo de algunas horas cómo se “blanquea” la pared de
aluminio que estuvo en contacto con el tomate.
El aluminio se
transfiere a la comida en bajas proporciones y puede con el tiempo resultar
toxico. Se demostró que la corrosión y erosión de la olla de aluminio va a los
alimentos vía digestiva, vía circulatoria y al final se deposita en el cerebro
produciendo párkinson y Alzheimer a largo plazo.
Ojo, en el aluminio
las cosas se pegan si no estas muy pendiente. Para diferenciarlo
del acero inoxidable, simple vista el
aluminio es más opaco y áspero.
Ya como una extravagancia,
podrían tener también:
De Cobre recubierta de acero por dentro con acero:
El cobre
es conocido por sus propiedades como conductor del calor, por lo que se puede
usar en los fondos de las ollas para transmitir el calor a los alimentos. Fue
históricamente empleado en la cocción de caramelos y garrapiñadas. Sin embargo,
igual que ocurre con el aluminio, reacciona con los alimentos ácidos como las
vinagretas, el jugo de limón o el tomate, pudiendo crearse una capa de color
verdoso que termina por dar un peculiar sabor a los alimentos, además de que
puede resultar tóxica. Por eso es que la recomendación es sólo utilizar las
ollas de cobre que vienen recubiertas por dentro con acero inoxidable.
Acero inoxidable con colapasta y vaporiera:
Muy útil a la hora
de hervir pastas porque trae el colador incorporado y sólo se saca del agua y
se pasa directamente la pasta a la salsa.
Yo, personalmente
tengo también dos aliadas en mi cocina de las que no podría prescindir:
Olla a presión:
Yo la
uso muy seguido. Además, de consumir menos energía, cocina más rápido y conserva
más los nutrientes propios de los alimentos porque se cocinan en sus propios
jugos y vapores. Es perfecta para hervir leguminosas en poco tiempo e incluso
sin remojado previo o papas enteras o carnes de gran tamaño que no requieran
doradura.
Si te
preocupa que explote, te cuento que la olla a presión está compuesta por un
recipiente grande y amplio donde se vierten los alimentos y una tapa con cierre
hermético manual en forma de manivela o rosca, que contiene dos salidas de
aire. En una de ellas se acopla una válvula que emite un sonido cuando el vapor
empieza a salir. La otra es la llamada válvula de seguridad, la cual se activa
cuando la otra válvula está obstruida o no funciona adecuadamente. Si esto
ocurre, dejará escapar la presión lentamente para evitar accidentes. Conclusion,
no hay mas riesgos con las ollas a presión como se pensaba antes. Cuando se
llega al punto de ebullición en su interior, la presión crece y esto hace que
se alcancen temperaturas que sobrepasan los 100 ºC, llegando hasta unos 130 ºC.
Estas extraordinarias temperaturas son las que permiten que los alimentos se
cocinen más rápidamente, reduciendo los tiempos ordinarios en tres y cuatro
veces.
Para
cocinar tengan en cuenta que el agua no debe jamás superar la mitad de la olla.
Un cuarto de la olla es ideal. También, en cuanto las válvulas se elevan y
comienzan a soltar vapor hay que reducir la llama del fuego a uno medio o
mínimo.
Ejemplos de tiempos
de cocción en olla a presión (a partir de que levantan las válvulas, es
decir desde que empiza la ebullición internamente):
Papas
enteras medianas:10 a 12 minutos.
Papas
en rodajas, 5 a 7 minutos.
Zanahoria
en rodajas: sólo 1 o 2 minutos.
Remolachas
enteras: de 12 a 14 minutos de cocción.
Arroz
integral y cebada: entre 15 y 20 minutos
Arroz
blanco: 5 a 7 minutos.
Garbanzos: 20 minutos.
Porotos
o Frijoles: 20 minutos.
Pollo
entero: entre 15 y 20 minutos, según el tamaño.
Un
peceto: entre 15 y 20 minutos según el peso.
Manzanas
y peras, 6 minutos.
Para
hacer mermeladas, 10 minutos. (aunque no creo que sea ideal hacer una mermelada
en olla a presión porque pierdes demasiado control sobre la cocción).
Olla eléctrica de cocción lenta o “crockpot”:
En el extremo
opuesto de la velocidad, encontramos una herramienta que yo descubrí en México
y de la que no podría prescindir jamás en mi cocina. Esta maravillosa olla de
cocción lenta esta formada por un contenedor eléctrico que tiene a su vez una
olla de cerámica desmontable de unos casi 3 centímetros de espesor y una tapa
de vidrio grueso. La resistencia eléctrica va calentando de manera gradual y
pareja la olla de cerámica y el resultado es la cocción de carnes que se cortan
con tenedor por ejemplo. La cocción se puede regular entre “rápida” de 4 o 6
horas y lenta de 10 o 12 horas. Es decir que puedes poner todos los
ingredientes de un estofado o puchero y dejarlo cocinando por la noche o a la
mañana cuando te vas a trabajar y cuando vuelves todavía la olla los mantiene
caliente. No tienes que preocuparte de controlar el fuego y el resultado es
realmente fantástico. Se puede cocinar casi todo en esta olla y la otra
característica que tiene es que la ser tan lenta la cocción no “desarma” los
alimentos. Las hay de distintos tamaños y precios, aunque en Argentina es muy
difícil de conseguir.
Buenas tardes,
ResponderBorrarMe gustaria comprar un crock pot para cocinar lentamente pero quiero uno que sea sano y no desprenda métales pesados u otras cosas nocivas durante la cocción. La mayor parte estan hechos de gres por dentro.
Sabes de alguna marca que sea buena y sana?
Gracias.